La cocina natural en la práctica
La aplicación de las teorías en la vida cotidiana
Para poder pasar de la teoría a la práctica, debemos planear un poco las cosas. Preparar para el cambio despensa y refrigerador. Y adaptar nuestras costumbres en lo que sea necesario.
Los establecimientos de la vida sana
Actualmente ya no suele ser necesario recurrir a establecimientos especializados para comprar, por ejemplo, unas galletas integrales o el cereal del desayuno. Pero suelen ser lugares muy atractivos donde siempre se puede encontrar algo interesante.
Los productos estacionales
¿Dónde vives? ¿Cuáles son los productos típicos de tu país o tu región? Lógicamente, cuando aquí hablamos de productos estacionales no será igual si vives en una región cálida o fría. Pero la intención es la misma: aprovechar de cada estación del año los alimentos más característicos para adquirirlos en su mejor momento de sazón… y precio.
¿Hemos dicho fuera las conservas?
Para no tener que recurrir constantemente a ellas, debes tener siempre en la despensa legumbres, arroz, pastas (macarrones, fideos, pasta para sopa, etc.), los imprescindibles ajos, cebollas y papas, aceite de oliva y un abundante surtido de especias y hierbas aromáticas. (No pretendemos hacer una lista exhaustiva, simplemente que cuando vayas a preparar un plato no descubras que no tienes en casa lo necesario.)
Una barbacoa distinta
¿Qué tal si en lugar hacerla de carne la preparas a base de pescado?
Un menú natural
Las ensaladas y cremas frías o calientes son una entrada muy apetitosa, aunque algo ligera. Si quieres dar más consistencia a una ensalada o convertirla incluso en un plato único, incorpora a los elementos típicos alguno de estos ingredientes: papas (patatas) cocidas con piel y cortadas a rodajas, arroz hervidos, lentejas, frijoles, maíz o pasta (la de varios colores queda muy bien); añade pollo frío o carne asada cortada a tiritas, jamón, queso, gambas, huevos duros, etc. Escoge la combinación y alíñala convenientemente con vinagreta, mayonesa (que se puede aligerar con un poco de yogur, leche o agua) o alguna salsa más sofisticada. Seguro que te quedará un plato estupendo. Las posibilidades son infinitas y, sobre todo cuando el calor aprieta, resultan una comida ideal, que puede completarse con un postre algo más consistente que de costumbre.
Sencillo, sabroso y sano
Los tamales constituyen un alimento de gran valor nutritivo. El maíz, como alimento básico, interviene en múltiples preparaciones de las que hemos denominado naturales.
Hablando de postres
Existen mil formas de preparar postres a base de frutas, que evitan emplear muchos huevos y grasas; otros, aunque incluyan esos ingredientes, son también perfectamente naturales. Van desde la típica macedonia, a los sorbetes de distintos gustos; manzanas al horno, simples o rellenas, frutas al vino… O menos ligero: buñuelos de banano o manzana, algún flan con frutas o tartaletas de pastas brisa rellenas de crema y frutas de temporada…
Lo que siempre debes recordar
Cuando cambies tus menús naturales, respeta el equilibrio de nutrientes, evita el abuso de grasas saturadas y come pescado con frecuencia. Aprovecha el agua de cocer las verduras para sopas o cremas. Y recuerda que si las nueces al vapor con un ramillete de hierbas aromáticas, frescas o secas, mejorarán su sabor.
Un apetitoso postre de frutas
De vez en cuando, tómate un poco de tiempo para preparar una macedonia de frutas: apetece siempre a niños y mayores.