los cimientos de una buena alimentación
El punto esencial de la alimentación cotidiana es la variedad. Respetando esta norma tan simple, tendremos prácticamente cubiertas nuestras exigencias mínimas de nutrientes.
Va de tréboles
No se trata de tréboles corrientes, nos referimos al trébol de la alimentación equilibrada. El mismo nos permitirá iniciar nuestra <<especialización>> en dietética del hogar, una asignatura importante para toda la familia, porque la alimentación influye en la salud en general, en el desarrollo físico y el rendimiento intelectual, así como en ciertos aspectos de la belleza (dientes sanos, ojos luminosos, uñas resistentes, cabello brillante), también muy importantes.
Echemos ya los cimientos
Los principios básicos de la alimentación son: cantidad, calidad, equilibrio y adecuación. Resumiéndoles muy breve mente diremos que la cantidad debe ser suficiente para cubrir todas nuestras necesidades energéticas, de reposición de tejidos y de crecimiento en su momento; la calidad exige que nuestra dieta incluya todos los nutrientes esenciales: el equilibrio se consigue respetando las proporciones de los nutrientes aconsejadas por las autoridades sanitarias, y la adecuación se refiere a los diversos factores que se han de tener en cuenta: edad, ya que los requerimientos energéticos varían a lo largo de la vida; sexo, a causa de las menores necesidades nutricionales de la mujer; situaciones fisiológicas singulares, como embarazo, lactancia, enfermedad, esfuerzo físico muy intenso, etc. por fin, debemos buscar la relación idónea entre edad, sexo, estatura, y peso normal.
Uno de cada
Si para conseguir el deseado equilibrio dietético incluimos un producto o dos de cada grupo,tendremos la base necesaria para preparar una dieta equilibrada y completa. A continuación, veremos un sucinto esquema de aplicación práctica. Igual que se dice de la imagen, también el ejemplo puede valer más que mil palabras.
El equilibrio idóneo entre las diversas sustancias nutritivas
Se refiere al equilibrio idóneo entre las diversas sustancias nutritivas. No menciona explícita mente las grasas, presentes en alguna proporción en los propios alimentos, pero necesarias también para la preparación de éstos.
Desde el principio al fin
Los productos lácteos son precisos en todas las etapas de la vida; la leche es el primer alimento del recién nacido y sigue siendo importante para el anciano. En una alimentación equilibrada estos producto deben constituir, como mínimo, un 20%.
La carne no es lo mejor
Tenemos tendencia a pensar que la carne es el mejor de los alimentos; sin embargo, las proteínas del pescado son tan valiosas como las de la carne. Y recordemos que la proteína del huevo es la más perfecta. En todo caso, en una dieta equilibrada estos productos deben constituir, como máximo, un 10%.
El mundo vegetal
Al mundo vegetal debemos sustancias preciosas que deben estar presentes cotidianamente en nuestra dieta. Y conviene que lo estén, como mínimo, en un 50%.
Más cereales
En nuestra dieta equilibrada hay que incluir, como máximo un 20 % de pan y cereales. Y se aconseja que en este 20 % predominen los productos elaborados con trigo o maíz.