Nuestra fuerza
La musculatura, parte activa del sistema locomotor
Tenemos más de 400 músculos, que nos permiten la realización de gran cantidad de movimientos, muy diversos entre sí, de gran delicadeza y maravillosamente coordinados.
Músculos variados
En el sistema muscular puede apreciarse: músculos largos, en los que la longitud predomina sobre la anchura y el grosor; se hallan principalmente en las extremidades y originan movimientos amplios y rápidos. Músculos anchos, aplanados y de poco grosor; están situados en las paredes del abdomen y del tórax, y revisten eficazmente las dos grandes cavidades del cuerpo: la torácica y la abdominal. Músculos cortos, que son pequeños, de distintas formas, se encuentran e torno a la columna vertebral y sus movimientos son muy potentes.
La energía muscular
Al movernos o al trabajar utilizamos los músculos. Ellos nos comunican con el mundo exterior y con los demás cuando expresamos pensamientos y sentimientos con movimientos faciales, cuando hablamos, cuando escribimos… Los músculos nos prestan incontables servicios, pero hemos de responsabilizarnos de ellos. Si, por ejemplo, descuidamos los grupos musculares que mantiene erguido nuestro cuerpo, o los sometemos a un trabajo excesivo, experimentaremos el clásico dolor de espalda o de hombros, o rigidez de cuello, o una persistente jaqueca…
Un brazo de atleta
Para descubrir qué músculos actúan y cuales son sus antagonistas pasivos basta con mantener el movimiento.
Voluntarios e involuntarios
Al hablar de sistema muscular se hace referencia concretamente a los músculos estriados, denominados así por la serie de estrías dispuestas perpendicularmente a la dirección de las fibras musculares. Reciben también el nombre de músculos voluntarios porque habitualmente son gobernados por la voluntad. Pero hay otros músculos: los lisos o los involuntarios. Carecen de estrías y su movimiento no depende de la voluntad; forman parte de las vísceras internas (intestinos, uréteres, etc.).
¡Acórtense!
Los músculos tienen la capacidad de contraerse cuando reciben una señal eléctrica procedente de un nervio que así se lo ordena. Pero se desconocen los mecanismo más íntimos que hacen posible esa contracción. Ahora bien, sabemos que cada una de las pequeñas fibras musculares que componen el músculo contiene centenares o millares de miofibrillas de dos proteínas (actina y miosina) parcialmente superpuestos. Al recibir el impulso nervioso, aumenta la superposición de estos filamentos, lo que provoca un acortamiento de la longitud del músculo.
<Honorable señor>
La joven parece inclinarse en un saludo ceremonioso del estilo oriental; en realidad, podría estar dando las gracias a la fuerza de la gravedad… que la ayuda a realizar el ejercicio.
Tumbarse no siempre es descansar
No se trata de una postura plácida. Realiza estos movimientos para fortificar las cervicales y los músculos abdominales.
Voluntad y gravedad
En realidad, los movimientos corporales, son el resultado de las contracciones musculares y dependen de grupos de músculos opuestos. Además, a cada movimiento se le opone o ayuda a la fuerza de la gravedad.
Cuesta, ¿verdad?
En esta posición, si intentas levantar la cabeza y el tronco unos centímetros durante unos segundos, la fuerza de la gravedad te resultará poco amistosa: tus músculos abdominales y los del cuello se tensarán para acortarse y mantener erguida la cabeza y el tronco. Es difícil hacerlo, y hasta doloroso, pero mejorará tu figura.